sábado, 27 de octubre de 2012

Crisis y recortes

¿No queda otro remedio a los recortes?
Los orígenes de la crisis financiera española se remontan a finales de los años 90, cuando se comienza a edificar y la gente tiene acceso a una vivienda fácilmente. Al haber más demanda, el precio se dispara, mientras se sigue construyendo más de lo necesario. Los bancos comienzan a dar créditos, y la deuda aumenta.
Ya en 2008, estalla una crisis financiera en Estados Unidos, que pasa a ser mundial. ¿Pero quién tiene la culpa? Nos han hecho creer que nosotros.

Actualmente, tras varios años negando que exista una crisis, se ha hecho obvio que sí la hay. Se ha recortado en educación, con despidos a profesores, menos ayudas... En sanidad, se invierte dinero en hospitales privados, hay que pagar más por los medicamentos, incluso los pensionistas, y se les ha quitado la tarjeta sanitaria a los inmigrantes que están en situación irregular, de forma que aunque tengan una enfermedad grave y con necesidad de tratamiento, solo tienen derecho a ser atendidos en urgencias. También muchas empresas han sido cerradas o hay despidos masivos facilitados por la reforma laboral. Hoy en día hay 5.778.000 parados (25% de la población activa). Aproximadamente el 50% de los jóvenes se encuentran en paro, aun teniendo estudios. Los desempleados cobran cada vez menos paro, y a muchos de ellos se les está acabando o se les ha acabado ya. Muchas familias no reciben ninguna ayuda y son desahuciadas, por lo que la tasa de pobreza ha aumentado. Ante esta situación, se ha empezado a salir a la calle a reclamar derechos, pero no hay suficiente conciencia aún, y la gran mayoría de los que no están de acuerdo con las medidas tomadas no se manifiestan, de forma que el gobierno puede argumentar en su favor que quienes se quedan en casa apoyan sus ideas.

En conclusión, las medidas tomadas benefician a los poderosos, los ciudadanos somos engañados y manipulados, y estamos retrocediendo en derechos. Todo lo que ha costado siglos en conseguir, se está derrumbando. Creen que no vamos a hacer nada, que cada vez pediremos menos. Pero está en nuestras manos, y podemos cambiarlo.